No recuerdo bien cuántos kilos de caramelos dijeron que se lanzaron por la Castellana pero si se, que mis sobrinos volvieron a casa con chucherías suficientes para empacharse todos los días durante un mes, una sonrisa de oreja a oreja, alguno con cara de sueño y todos con nervios.
Como esperábamos, esta mañana el teléfono no paró de sonar en mi casa. Todos mis sobrinos llamaban ansiosos de contar a sus abuelos lo que los generosos magos dejaron en sus zapatos, y siempre bajo el lema de "¡Justo lo que me pedí!".
Claro, en seguida hemos ido a ver como funcionaba el tractor de uno, la guitarra de "Gelou Quiti" de la otra, como lucían modelitos las mayores, y como la más pequeña no se animaba a ir sola con su andador.
El 6 de enero en España, es siempre un día de ilusión para los niños, pero también para los padres. No hay más que verles la cara cuando ven a su hijo jugando con el Cohete espacial de Mickey o con sus patines.
Así que desde aquí, un hurra por los Magos de Oriente, que hacen lo que sea por ver a sus "niños" sonreír.
¡Gracias!
Qué bonito este post! Claro que sí, vivan los Reyes Magos! Te sigo, acabo de descubrir tu blog y es muy chulo!
ResponderEliminarxoxo
Mónica
Muchísimas gracias Mónica!!!
ResponderEliminarLe he echado un vistazo a tu blog, enhorabuena!! Aquí tienes una nueva seguidora!
À bientôt!