Reciclando

Dedicado a Fátima 

¿Quién no ha intentado reciclar unos pantalones vaqueros en una falda o los ha cortado para hacer unos shorts en verano?

Mi amiga Fatimocha se parte de risa cada vez que recuerda que para una fiesta ibicenca a la que fuimos hace unos cuantos años, yo me vestí con unas enaguas antiguas y un camisón que habían sido de mi abuela, pero lo que más le hace reír de todo esto, es que con las mangas del camisón, yo, me hice un bolso para la ocasión.

Como podréis imaginar, aquel bolso no duró más que esa noche, pero lo que si duró fue la afición por reciclar y renovar prendas de vestir y complementos. Me parece una forma divertidísima de ser ecológico.

Cada vez que hago algo así y me lo pongo, lo primero que digo a mis amigas al verlas es que lo he hecho yo, como por ejemplo cuando me puse de vestido una falda de mi madre, que a cada persona que veía le decía muy orgullosa que lo que llevaba puesto era una falda!

Otra cosa que he reciclado es bisutería, aunque en esta ocasión el mérito es de mi madre, que con una cadena de oro y varios colgantes y medallas hizo este collar, que con los años ha ido perdiendo piezas, pero sigue siendo ideal.

Con un abrigo marrón de ante de mi abuela, que me queda enorme y un pañuelo de seda, me abrigué hace un par de Navidades, y una camisa del frac de mi padre, me sirvió de vestido en verano. Incluso una cola de visón, un trozo de rafia amarilla, o el primer vestido de fin de año de mi hermana, que era de terciopelo granate, los convertí en tocados …

¡Dejad volar vuestra imaginación y reciclad!