Ya antes de entrar, todo el mundo (muchos turistas), esperaban tranquilamente en una cola a que se les dejara pasar para escuchar misa. A medida que íbamos entrando, unos educados señores vestidos con túnicas rojas, nos daban la bienvenida, y nos recordaban que debíamos apagar los teléfonos, y que no se podrían realizar fotografías puesto que estábamos acudiendo al culto religioso.
Ya dentro de la abadía, pude empezar a admirar la belleza del edificio en el que se celebró recientemente el enlace del Príncipe Guillermo y Catalina Middleton. La altura de esta iglesia gótica me llamó la atención.
Nos íbamos acercando al altar, en cuyos laterales había sillas para sentarnos, cuando tuve la suerte de ser una de los pocos que nos pudimos sentar en el coro ¡Qué maravilla!
Para mi sorpresa, la misa la oficiaba una mujer. Si bien ya sabía que en la Iglesia Anglicana las mujeres pueden ser pastores, no puedo evitar que sea algo que me choque. Estar acostumbrada a oir misa católica, es lo que tiene.
Del rito me llamó la atención la falta de participación de los feligreses durante las pocas oraciones que se citan, y por supuesto, la falta de comunión.
Tengo que decir, que pese a ser en inglés, pude enterarme bastante de las lecturas, gracias a que nos dieron un librito para poder seguirlas con facilidad, y con esto me di cuenta, de que no siguen las mismas lecturas que la Iglesia Católica.
Si bien no tengo pensado convertirme al anglicanismo, me pareció una experiencia estupenda presenciar un culto diferente al católico por el mero hecho cultural.
Yo también disfruté en su día de esta otra experencia religiosa. Me encantó. A més a més, com se diu on viu ara, me senté en el coro junto a estos niños tan mono y bien vestidos. Las voces son una maravilla.
ResponderEliminarChina, no tuve la misma suerte que tu, el coro no canta en la misa de la tarde, pero aún así, me encanto.
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