Ya he abandonado mi amada Galicia para encontrarme, por
segunda vez, en el Pyla, Francia.
La llegada no pudo ser mejor. Mis tres monstruitos me
esperaban en la estación, y nada más verme en el tren, corrieron a mi lado
hasta que éste se paró, y entonces, saltaron hacia mí para envolverme en besos
y abrazos ¡Toda una bienvenida!
Pero, a lo que iba.
Soy muy fan de las puestas de sol (una romántica de pro), y la que he visto
aquí, es una de las más espectaculares que he visto nunca.
El ocaso en el Bassin de Arcachon es algo maravilloso. El
sol se pone al otro lado de la bahía dejando su estela naranja en el mar e
iluminando todos los barcos fondeados.
Los pequeños escalofríos provocados por la brisa marina, los
pescadores en el malecón, los paseantes de la playa, los últimos y valientes
bañistas, y esa enorme esfera naranja que se esconde… una vista maravillosa que
no te deja indiferente y que sólo quieres compartir con alguien especial… ¡Por
eso lo comparto con vosotros!
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